La Cuenca

Ley 19 de 11 de junio de 1997

De acuerdo con la Constitución Política de la República de Panamá y la Ley 19 de 11 de junio de 1997, a la ACP le corresponde la responsabilidad de administrar, mantener, utilizar y conservar el recurso hídrico de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (CHCP). Para salvaguardar dicho recurso, la ACP coordina con los organismos gubernamentales y no gubernamentales especializados en la materia, con responsabilidad e intereses sobre la Cuenca, la administración y uso de sus recursos naturales.

Ley 44 de 31 de Agosto de 1999

La Ley 44 de 31 de Agosto de 1999, estableció los límites de la CHCP con un área de 552,761 hectáreas, identificadas en dos regiones denominadas como: la Región Oriental (también conocida como Cuenca Tradicional o Cuenca del Río Chagres) y la Región Occidental. La Ley 44 fue derogada a través de la Ley 20 de 21 de junio de 2006. Al quedar sin efecto la Ley 44, la CHCP quedó definida por la Ley 19 de 11 de junio de 1997 (Ley orgánica de la ACP) como "área geográfica cuyas aguas, superficiales y subterráneas, fluyen hacia el Canal o son vertidas en éste, así como en sus embalses y lagos". Esta área corresponde a 343,521 hectáreas.

La CHCP tiene territorios en las provincias de Panamá, Panamá Oeste y Colón, comprende 7 distritos, 43 corregimientos y alrededor de 460 lugares poblados. La topografía de la CHCP es variable y va desde llanuras aluviales en la parte central y alrededor de los lagos Alhajuela y Gatún, hasta colinas y montañas con pendientes pronunciadas distribuidas en dos sectores: uno hacia el este donde se encuentran la Sierra Maestra y el inicio de la Cordillera de San Blas (cuenca alta de los ríos Pequení, Boquerón y Gatún), así como también las alturas de cerro Jefe y el nacimiento del río Chagres; mientras que hacia el oeste se localizan las cabeceras de los ríos Cirí Grande y Trinidad formando parte de la División Continental. Las mayores elevaciones en esta región son: cerro Jefe (en Panamá) con 1,007 msnm y el cerro María (en Chame), con 1,106 msnm (INRENARE, 1993; PMCC, 1999).

Debido a su ubicación y orientación, en la Cuenca se registra una abundante precipitación pluvial en gran parte del año (González, 2002). Entre los ríos principales de la CHCP están el Chagres, Gatún, Boquerón, Pequení, Cirí Grande y Trinidad. Además existe una significativa red de quebradas, riachuelos y ríos secundarios, lo mismo que dos lagos: Alhajuela y Gatún.

Por muchas razones, la CHCP es la más importante del país, debido especialmente al uso múltiple que se hace de sus aguas. En ella se recoge y almacena el agua que posibilita el funcionamiento del Canal de Panamá, el principal recurso económico del país y una importante ruta para el comercio mundial. La capacidad de almacenamiento de los lagos Gatún y Alhajuela hace posible la navegación interoceánica continua y eficiente a través del Istmo (PMCC, 1999).

Además, estos mismos lagos garantizan el abastecimiento de agua cruda, que luego de ser potabilizada en diferentes plantas, abastece a las ciudades de Panamá, Colón, La Chorrera y Arraiján, así como la generación de energía eléctrica. En el área, también se desarrollan gran cantidad de actividades productivas (industriales, turísticas, agrícolas, pecuarias, forestales, silvopastoriles y pesqueras).

Pero la importancia de la CHCP no sólo se basa en los términos de valor económico y comercial. De su existencia depende la conservación de una vasta diversidad biológica, tanto de flora como de fauna, producto de la confluencia de factores climáticos, geológicos y geográficos que permiten una variedad de hábitats (ANCON, 2001).

La CHCP es el punto de convergencia para una serie de factores de desarrollo demográfico, social y urbano-industrial que afectan su principal función de captar agua. Hay zonas de la Cuenca que se encuentran entre las más pobladas de todo el país, como por ejemplo el corredor transístmico que une las ciudades de Panamá y Colón, sobre el cual vive el 79% de la población total de la Cuenca (PMCC, 1999).

Este crecimiento demográfico y de las actividades de desarrollo económico, ha ocasionado impactos sobre los recursos naturales del área, como deforestación, erosión y disminución de la fertilidad de los suelos y lo cual crea problemas de sedimentación y contaminación de los cuerpos de agua.

La preocupación por proteger el recurso agua y los otros recursos naturales no es nueva. Desde finales de la década de los 70, basándose en resultados de algunos estudios ambientales aislados y por recomendaciones hechas por renombrados científicos nacionales y extranjeros, se empezaron a tomar varias acciones en diferentes niveles: gubernamentales, sociales, privados, etc.

Entre otras cosas, el gobierno panameño empezó a expandir su protección oficial a las áreas forestadas en la Cuenca. A raíz de la firma de los Tratados Torrijos-Carter, en 1977 se protegieron los bosques existentes al lado este del Canal, creando el Parque Nacional Soberanía. Luego, con la creación del Parque Nacional Chagres (1984), se protegieron los bosques de las cabeceras de los ríos Chagres, Pequení, Boquerón y Gatún. Estas áreas se sumaron al Parque Nacional Altos de Campana, creado desde 1966, el cual protege las nacientes del río Trinidad. Estas acciones previsorias tienen hoy en día sus frutos, ya que se disminuyó la agresiva expansión agrícola, residencial e industrial, y han descendido las tasas de deforestación y de sedimentación (PMCC, 1999). Los bosques en los parques nacionales dentro de la Cuenca sostienen una gran cantidad de especies de flora y fauna, convirtiendo el área en una de las más biodiversas en la Región Mesoamericana (ANAM, 2000).

Entendiendo que sólo mediante un proceso de ordenamiento de todas sus variables puede garantizarse la sostenibilidad de la CHCP, y que esta sostenibilidad, a su vez, puede garantizar la disponibilidad de agua para consumo humano y para la operación apropiada del Canal, la CICH, con el liderazgo de la ACP, está coordinando esfuerzos con habitantes de la Cuenca, entidades gubernamentales, privadas, sectoriales y la sociedad civil en general, a fin de diseñar una estrategia de desarrollo sostenible y gestión integrada de los recursos hídricos de la Cuenca. Esta estrategia establecerá de manera sistemática, ordenada y planificada, las pautas para alcanzar ese desarrollo sostenible y para administrar los recursos hídricos de la Cuenca, y servirá de modelo para ser aplicado en otras regiones del país.